Los silencios eran habituales entre nosotros...


"Te observé con atención, me molestaban tus razones para no estar conmigo, y aun a pesar de todo lo que había pasado, no me resignaba a tu “no”. Ambos callamos, los silencios eran habituales entre nosotros, el momento de ordenar las ideas y de pensar en lo que acababa de decir el otro. Después te miré y sonreí.
—¿Qué?
—Nada.
—Vamos, Elisa, quiero saberlo.
—Nada, no es importante.
—A mí sí me importa, si se trata de mí, dime —replicaste con ardiente insistencia.
Me encantaba intrigarte, me encantaba ponerte así, medio enfadado, medio ansioso e interesado en sólo lo que yo dijera.
Llegué incluso a creer que podía ver a través de ti."

Arroba al corazón, e-mail 27



Comentarios

Entradas populares