Confinamiento

Un nuevo día más de confinamiento en esta experiencia sin precedentes. No lo llevo mal, ya que dispongo de mucho más tiempo libre que antes. A veces en la vida es necesario detenerse para poder evaluar en qué punto estamos y hacia dónde nos dirigimos, en mi caso estaba siendo difícil porque casi todas las horas del día estaban ocupadas. Desde hace un tiempo vivo una época frenética de cambios que parecían no tener fin: venta de una casa, mudanza, alquiler de una casa, búsqueda de una nueva casa, compra y posterior mudanza, y finalmente acondicionamiento del nuevo hogar. Pero como para todos, la vida se ha parado en seco, y tanto el trabajo como las reformas que tenía planeadas se han frenado bruscamente por estas insólitas circunstancias.
Así que, ¿ahora qué?, pues en ello estoy, intentando retomar el proyecto de escritura en el que estaba (aunque cuesta concentrarse en estos tiempos tan raros), regresando a las redes que también tenía algo abandonadas, leyendo, escribiendo reseñas que se quedaron en el tintero por falta de tiempo, reorganizando planes...
Hay algunas horas del día en las que pareciera que me quedo en blanco, detenida en esta realidad extraña en la que da igual la hora que es. Parece increíble lo que nos está ocurriendo, en cómo de la noche a la mañana todo se ha quedado estático, hemos perdido la libertad y apenas lo estamos asumiendo. Un enemigo intangible capaz de acabar con la vida es la razón de todo esto, invisible, pero tan real como que estamos aquí, congelados en nuestras propias existencias. A veces fantaseo con que puedo apresar el tiempo, en que soy capaz de darle forma a la soledad o incluso dibujar el silencio, ¿estaré desvariando?, tal vez. Pero sé que es algo temporal, porque este vacío en el que levitamos terminará y las ruedas de la vida volverán a funcionar como siempre lo han hecho. 
Entre tanto, mientras contengo el aliento cada día esperando esa noticia con la que sueño, ese descenso de la famosa curva de la que tanto se habla, ese pico anhelado, esa esperanza hecha datos, el comienzo del fin de este mal sueño. Mientras todo eso llega, seguiré analizando esta hibernación forzada, una oportunidad para meditar y hacer una pausa en mi camino.


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