La idea que será historia
¿Dónde
están las historias? La respuesta a esta pregunta es simple: en todas partes.
Nunca
se sabe en dónde estará la idea que pueda convertirse en creación literaria,
puedes encontrarla en cualquier lugar y en cualquier momento, unas veces por
casualidad y otras tendrás que ir a por ellas.
Hay
creadores que suelen buscar sus ideas en el pasado, en sus vivencias personales
o en la de sus allegados, otros digamos que las “copian” de las vidas ajenas,
basta con una frase, un cotilleo o un relato personal de alguien para que ¡zas…!
surja una inspiración. En ocasiones se observa la vida de los demás como si
fuéramos gatos sobre los tejados, y en otras, es posible idear una historia
desde tu propio interior, algunos utilizan el sistema llamado “escritura
automática” en el que en un momento de bloqueo o sequía de ideas el escritor se
arma de valor y se enfrentan a un folio en blanco escribiendo lo primero que se
le pasa por la cabeza, sin censura, imaginando, viendo escenas que ellos mismos
crean y que les hacen sentir algo, porque obviamente, si deseas escribir una
historia, una buena de verdad, tienes que poner mucho de ti en ella, eres tú mismo
hecho palabras, eres un autor-escritor, un creador de una realidad inexistente
que tienes que hacer real, por lo que la idea ha de por lo menos, por lo menos
gustarte (lo mejor sería que te fascinara) para que así plasmaras gran parte de
tu corazón en ella y sea más fácil llegar al de los demás que en el futuro serán
tus lectores.
Y
después…
Una
vez que tengas la idea-historia a la que desees dar vida, es el momento de
empezar a escribirla. Cada uno tiene su método, puedes empezar a escribir lo
que tengas más vívido en tu mente, lo que te apetezca en ese momento, aunque estemos
hablando de capítulos sueltos con personajes que aún ni siquiera tú conozcas, no
pasa nada. Una vez que te hayas digamos que descargado de esa “adrenalina creativa”
habrás creado varias piezas de un puzzle que representa algo, y entonces te
tocará generar más partes, unas seguirán siendo producto de lo que antes he
llamado “adrenalina creativa” y otras serán piezas necesarias para armar el
puzzle y crear la imagen que deseas.

Sea
cual sea el método que elijas, lo que si te recomiendo es que sólo te preocupes
por escribir, es el momento de la actividad creativa, no debe interesarte nada
más que sacar lo que llevas dentro, no pasa nada si hay repeticiones, faltas
ortográficas, si a éste personaje hace dos párrafos lo llamaste Juan y ahora lo
llamas Arturo porque te gusta más o encaja mejor, o si estaba sentado y ahora está de pie y no lo dijiste, olvida
los recursos narrativos, los adjetivos que no pegan, las metáforas excesivas, la
pobreza de vocabulario, todo eso da igual ahora, porque lo importante es sacar
la idea, los recursos del escritor, de los que hablaremos después, ya los usarás
para pulir y embellecer tu puzzle, para hacerlo más vívido y real, ahora lo que
importa es que estás intentando darle vida a una historia y la argamasa para
construirla es tu imaginación, no se la debe limitar pensando en las reglas,
sino puedes llegar a perder parte de la idea en el proceso.
Hola Marie. He encontrado tu blog gracias a un grupo de facebook. Estoy escribiendo una novela y creo que toda ayuda es poca. Interesante post. Saludo.
ResponderEliminarGracias, Tony. Me alegro que te pareciera interesante y espero también que te haya resultado útil. Para cualquier cosa ya sabes dónde estoy.
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